martes, octubre 28, 2025

IL CREATO


 

Siento tus gestos.

Los miro tenerse penosamente a flote

como viejos navíos huecos,

con sus anchas velas

y sus lindas maneras de mecer.


Envidio esas virtudes.

Tus buenas maneras

que hacen

el pequeño gloria de mis días.

Su mansa quietud.


Para tu amor

yo no quise inventar palabras.

Usé las que pertenecieron

a nuestra lengua original

declinada en madera y pasta.

Lo ya creado, escogido y amasado:

Las cosas son...


Tal vez, debería haber escrito:

Como quien lanza

una rosa virginal

en el más negro de los océanos.

O:

Con la levedad

con que la espina

de una flor azul

puede quebrar el agua.


Pero el “como quien”

no lanzó la rosa.

No hubo “levedad” en la espina.

El amor se fue

(de a poco) a pique,

y un entero universo se hundió con el.


Texto: Eduardo Magoo Nico.

Foto: Juan Carlos Gargiulo.

domingo, octubre 26, 2025

POR UNA CABEZA


 

Mi viejo barrio y otras tantas circunstancias de la luz. Cuando Pirítoo (rey de los Lapitas) estaba por entrar (de a poquito y con saliva) en el ciclo de Teseo, se armó un quilombo de órdago con el ganado yeguarizo. Los Centauros se pusieron cabreros. El tema como siempre era una potra, una tal Hipodamia (hija pródiga de Bute) a la cual el imbécil de Pirí tú-tú, (si digo imbécil es porque lo conozco de chiquito) se quería engayolar. ¿Alguna vez vieron una entera caballada en pedo? Bueno, exactamente eso fue su matrimonio. Las semi-bestias se querían curtir a toda costa a la hipo-casta Hipodamia (mina bien papa y cadenera) y no hubo Bandera Verde, ni Palermo Rosa, ni Carlos Pellegrini, que pudiera organizar la cosa. Hasta el mismísimo Troesma se quedó mudo, viendo cuánto se pagaba a ganador.

-¡Al trotecito lento!

Gritaba un boyerito corajudo. Pero no hubo nada que hacer con tanto brío.

-¡Carrerito! ¡Mano Blanca!

Entonaba otro, tratando de sensibilizar a los cuadrúpedos…

Cuando por fin le rompieron la damajuanita de Creta (con vino especiado del mejor adentro), al Pirítoo no le cabió más la cosa; se armó la gorda… es decir, la ya célebre “Centauromaquia”. Los gomías (todos hinchas furiosos del Club Atlético Los Andes) sacaron a relucir las boleadoras. A guacha y lonja primero, y después a los sablazos, como hijos de Fierro se defendieron los Lapitas. El centauro Eurito, bufaba y atropellaba más sacado que el Ventanero en las fotos de la revista Gente.

-¡Cortála con el caballo, si te hace mal! Le gritó uno.

-¡Andá a hacerte montar por Patti Smith, si estás caliente! Silabeó otro clásico provocador (de los que nunca faltan).

Hasta que a la fin pintó Teseo con el helicóptero ruso nuevo (y aunque todavía le duraba el último pedo gratis en el kiosco de Magoo), armó un desbande con su sola presencia y definió el combate a cachetazos.

Con Pirítoo después de eso fueron siempre como chanchos. Cada uno de ellos golpeado (estatuariamente esculpido) por la belleza y el coraje del otro, se ligaron tan fuertemente, que terminaron por sellar su encuentro con un Cabildo y Juramento, en el que prometieron casarse (cada uno de ellos) con una de las hijas del Gran Jefe. Teseo quería a Helena de Esparta (que aún era una niña) y Pirìtoo, al que le gustaban las muertitas, se encaprichó con Kore, Proserpina o Peperina (como le decían en Córdoba a uno de sus clones, o por mejor decir, emanaciones). Y así llegamos nuevamente a Perséfone. ¿Qué tendría, me pregunto, esa reverenda hija de la Pacha Mama, para que la gente se complicara tanto la vida, primero para entrar, y luego para salir, de su infernal aujero? Lo de poner el paraíso abajo, tuvo su gran efecto (la boca se me haga a un lado si se me ocurriera criticarlo). ¡Oh, Cúpula Invertida! ¡Panteón Atómico! Pero la tierra tiembla una vez más, y Hércules tiene ese punto flojo, cuando se le mueve el piso se toma las de Villa Diego…

Las cosas parece que fueron así. El chabón estaba ahí por lo del duodécimo capítulo de sus trabajos. Se había mandado al sótano de escruche para afanarle el rope (el famoso Can Cerbero) al viejo Hucha, y se encontró con estos dos chitrulos clavados (embalsamados) delante de las puertas del Hades en sendas silíceas poltronas del olvido eterno. A Teseo, tomándolo de un brazo, logró arrancarlo. Después comenzó lo del sensorround y fue la fine mondo. Zafaron casi todos, pero Pirítoo quedo-se adentro.


Texto: Eduardo Magoo Nico.

Ilustración: Perithoos e Hippodameia.

miércoles, octubre 08, 2025

Las olmas


 

Junto al estanque,

bajo la olma

(pájaros para la mente)

tiene su altar la ninfa.


Las lámparas flotan

y en las ramas hay voces.

Desde el verde profundo de un ojo

luz y cristal que fluye.


De agua son las almas de las ninfas,

primero pétalos, y luego lluvia fresca.

Un amanecer a escala de pez.

Los jilgueros picotean brotes de hierba.

Yo me aventuro al umbral de Perséfone.


Donde hay amor hay ojo.

La roca mira al mar desde el ocaso.

Como las lunas

las ondas se elevan y descienden.

Una barca a remo.

Alas frágiles, espuma blanca,

una gaviota

y el amor moviendo las estrellas.


Si sus ojos afloran como la hoja del jacinto

y su cuerpo de luz asoma en la superficie...

¿Dejará de avanzar el cometa?

¿Callará por siempre el muy sonoro robledal?


El amor rema y rema.

Las olas cristalinas entretejen un ajuar.

Dos ojos vaciados de obsidiana, observan.

La garra del mar, por fin, lo arrastra

como si fuese una cascarilla.


No hay éxtasis,

no hay grito.

Bajo las olmas,

hondas campanadas de silencio.



Texto: Eduardo Magoo Nico.






domingo, junio 15, 2025

Proyecto para un poema


 

Proyecto para un poema


-1-


En tanto, en lugar de erigir su escultura

sobre un zócalo,

arroparlo con sombras azuladas

entre grietas acústicas,

en un loop de escala descendente

destinado a interrumpirse abruptamente.

 

Las mezclas granulosas y las vetas de lava

dan fe de un desplazamiento único.

Un monumento erigido en honor del granito.

Todo un período del discurso

podría ocuparse de esta única proposición.

 

Con un haz de significados que se yerguen

en direcciones diversas,

la poesía nos despierta

y nos sacude a mitad de una palabra.

Nos obliga a estar siempre en camino.


La ruta se revela más larga

de cuanto imaginamos.

Si el poeta llama a los párpados

labios de los ojos”

dos lágrimas se cristalizan

en las pestañas güeras.

 

Y así como el dolor

atravesando los sentidos

crea híbridos,

la composición de una estrofa

asemeja al infinito arborecer

de un aeropuerto,

o al incansable tránsito

de las palomas mensajeras.

 

Hay que ir con el viento

(dicen) y cambiar el velamen

cuando sopla en otra dirección.

No despreciemos la idea

de realizar maniobras y bordadas,

al fin y al cabo

es un deporte evasivo y plástico

el arte de componer poemas.

 

La mutabilidad de la materia poética

impregna la más indómita,

la más profética y la más exacta

de todas las disciplinas,

pues se moldea a sí misma

bajo una sucesión de fenómenos ondulatorios.

 

Mantener a buen resguardo el borrador 

reemplaza aquí 

a la ley de conservación de la materia.

Mientras su esfera teológica

resulta un recipiente

de exquisito dinamismo alegórico

comprimida por un tapón

en su hornillo incandescente.

Todo volcán es un gran constructor

y destructor de formas.


-2-


Cuando resulta más sonoro,

más concertante,

cuando es mimado por el dogma

(por el verbo firme e irrebatible)

el poema dirige hacia el autoritarismo

su lado más exuberante.


Como sobre el espejo del agua,

el rayo salta, sin embargo,

hacia la parte opuesta al embestirlo.

En lo autoritario solo vemos el error

y no queremos adentrarnos

en el amplio salón de la confianza.

 

Nos negamos a ver los sutiles matices

del doble arco iris que se nos impone

(en toda su majestuosidad y belleza)

cuando se trata del imperio de lo probable

y de la fe.

 

Nos mueve cualquier cosa

salvo la invención

(¡ni una sola palabra de nuestra cosecha!)

cuando construimos un poema.

¿Fantasía?

¡Pero, por favor!

¿Qué fantasía?

Se escribe al dictado,

se es un copista, un traductor.

Se adquiere con el tiempo

la pose encorvada del escribiente.

 

Y si fuera posible como introito,

una bella sesión hipnótica

a la manera de Rilke, de Juan L. Ortiz, o de Rimbaud

sería realmente saludable.

A todas las analogías ya propuestas

deberíamos añadir la transcripción,

la emulación, la cita…


-3-


Así como la pluma es partícipe

del vuelo de los pájaros,

la tinta es un objeto monástico,

y cuando el poema

parece ya escrito y engalerado

(listo para la imprenta)

no deja que le impongamos el punto.

Se escurre, intenta evadirse como un pulpo,

intuye que todo final es violencia,

estupro, parricidio,

desprecio irreverente y genocida.

 

Decir “copiar” es decir bien poco,

se trata de caligrafía dictada por los

locutores más terribles e impacientes.

Se trata de vocalizar los sonidos,

de modular un habla

por una vez y para siempre,

bien articulada.


Nuestro abecedario deberá entramarse

en telas humeantes

que ondeen al viento con tintes vegetales.

Como un humilde tintorero o tejedor

dócil al dominio del arte de bordar,

el poeta (situado ya fuera de toda literatura)

traza letras aladas

que van a picotear el sebo del sentido.


No hay sintaxis en las migajas,

hay magnetismo.

Y la nostalgia viaja asida

a la popa del barco clandestino

que un día lo erradicará

(definitivamente)

del mundo de las certezas.

 

Un inefable sentimiento de gratitud

cae entonces en sus manos.

Debe preparar el cuenco para los flujos,

debe quitar las cataratas de la visión anquilosada,

debe procurar que la materia poética

no se escurra entre sus dedos.

¡Qué no caiga en el vacío!

 

Una colección de minerales

es el mejor comentario orgánico

a estos quehaceres.

Las piedrecillas que arroja la marea

han sido siempre de gran ayuda.

Pedir consejo a los yesos cristalinos,

a los feldespatos, al cuarzo y a las micas

es adentrarse en la palabra que nos llama

desde la lava ígnea que las ha creado.


-4-


La piedra cuando aflora

es ya una concreción meteorológica

(el clima mismo).

Ha sido colocada en un espacio funcional

por la labor de los mineros,

que moldean de este modo

la relación del magma y la cultura.

 

Es así, que cultivando la cultura

como una roca, esta se enciende.

Nos da lumbre con el poema-pedernal

y se proyecta también hacia el futuro,

pues la piedra trae consigo

el sonido armónico de las esferas.

Una eternidad sin lágrimas.

 

Más tarde, el órgano que vibra

en su interior

desde el inicio de los tiempos,

adquiere la facultad de moverse.

Sus tubos y sus fuelles

se exaltan con rabia y frenesí

creando un primer caligrama,

que compuesto y ejecutado

con los recursos del caos,

es a la vez una parábola

y algo ya concluido.

 

El buque-prodigio sale entonces del astillero

con las conchas adheridas a él como ventosas

mientras un Martín Pescador revolotea en torno,

curioso.


-5-


La materia poética se manifiesta

por su dinamismo.

No tiene forma y está privada de contenido.

No escribe con colores

ni se expresa con palabras.

No tiene voz.

Es una serie de impulsos mutables y convertibles

cuyo diseño queda siempre inconcluso.

 

Allí, por fortuna

nada está en su lugar,

salvo el duro granito

de un certero adoquín

en pleno vuelo.



Texto: Eduardo Magoo Nico

Foto: Alejandro Pi-hué



 



 



domingo, enero 26, 2025

Amantes


 

El viento aplasta y tormenta

una gota

que se mantiene entera.

No se parte...



Son tantos los que bebiendo

ríen,

se besan,

e intentan desasirse,

y como pequeñas gotas rodantes

por erguirse se esfuerzan…



Pero no se concede a los amantes

desbordar de los estigmas,

y no habrá corte, tajo

o torbellino

que logre separarlos.


Texto: Eduardo Magoo Nico

Foto: Alejandro Pi-hué









sábado, junio 22, 2024

La más bella


 

No se trata del florecimiento de los rasgos

Sino de la desfloración de los signos

La punta de hierro rasga 

Despega cada palabra 

(De lo totalmente ajeno)

El peso cuela...

La hoja se deja penetrar 

Por las ínfimas hendiduras

Hasta el fondo


El vaivén de la pluma 

Es cada vez más rápido

El papel absorbe la tinta

Mutuamente se lubrican

Forman la bestia original

(Un sujeto de dos espaldas)

El monstruo escriturario


He ahí el punto...

Semilla de nuevos huevos

(La manía de escribir parece ser el síntoma)

Cuando pienso en esta fauna perversa

Imagino un mundo

Donde los hombres nacen viejos


Decrecen, se van arrugando

Y terminan encerrados

(Por propia voluntad) 

En una botella

Que será lanzada 

A la inmensidad del mar


Texto: Eduardo Magoo Nico

Foto: Alejandro Pi-hué